miércoles, 24 de septiembre de 2014

Las tardes

Los llevan por un presente
de cafés solitarios, 
de casas deshabitadas, 
de ciudades dormidas.

alguna vez fue tango Buenos Aires, las esquinas...

Como al cristal de las viejas copas,
arrulladas por el tenue sol
de las siestas de junio,
la vida los disipa cada tarde.

Corazón tan blanco el suyo (sí, por Marías, su novela),
capaces de llevar al límite su efímera materia
por gustar, por reproducir el trazo de su nimio destino:
herederos, hijos de una patria universal pero deshecha.

alguna vez se detuvo en un sueño el promediar del día

las esquinas 

recordar, Buenos Aires... 

las tardes

ya quietas

Y las mesas arden un fuego 
de soledades despiertas
y ellos piensan en la noche,
en el anhelo del río
volviendo a cantar,
volviendo a recobrarlos...