Se cuela, se
escurre, se vuelca tras vagabundear infancia, río, misteriosas carreras de
chicas y limoneros, la primera música, la segunda y trunca experiencia del
sonido, la remilgada tertulia en que destila la mejor de todas las sangres, el
mar de nuevo, el eterno sepulcro de la más triste de las urbes, …, penetra la
tibia y mojada cercanía de pequeños lobos, baja por un túnel eléctrico y vuelve
a decir que no…