Habiendo caminos internos:
suena la prestidigitación del blues
resucitando a un niño muerto.
Habiendo un mar, ese de Alberti, de Storni:
albatros de Baudelaire impregnando de azúcar tu mal sueño...
Habiendo guitarras encerradas,
recordados acordes capaces de sacudir el aletargamiento:
hombres de arena sucumben sus tristes días haciendo sucumbir al mundo.
Habiendo poemas esperando por mayo y su inigualable embrujo de consolidado otoño,
habiendo milongas aguardando a la vuelta de la esquina,
allá, donde la súbita nieve es posible tan cerca que hasta puede barruntarse:
tu piel no ha perdido el don de los primeros Tiempos...
Habiendo vino [puerta de un incitado clímax que a menudo suele encontrarte despierto],
sumerges cada día en las mismas aguas,
oteador de la contigua recapitulación,
el prodigioso latir de tu experiencia...